Mision Extra Oficial

La árida superficie del planeta y su insoportable calor quedaron atrás mientras Bura descendía con paso lento, pesado pero decidido hacia el punto de reunión. Aun tenía tiempo de sobra, prefería no extenuar más su cansado cuerpo. Esas temperaturas no eran las adecuadas para ningún Besalisko. El agujero gigante por el que inicio su descenso daba la sensación de llegar al mismo centro del planeta, hacia que uno se sintiera pequeño en comparación y eso que por su corpulencia pocas cosas lo hacían parecer pequeño. Al menos dentro de ese agujero la sombra era agradable, aunque la sensación de haber sido tragado por un gusano gigante no desapareció en ningún momento.
Desde el espacio el planeta no dejo de verse aterrador, según Bura, ya que al acercarse de a poco a la superficie mostraba que estar agujereado en muchos puntos diferentes, dando la apariencia de ser una víctima más de las voraces ratas Womp o peor aún, de poderosos disparos de blaster. Esas ratas comen lo que sea.
Cada agujero descendía en espiral, formando varios niveles desde la superficie. Bura no se consideraba a si mismo ignorante, el sabía muy bien como se habían formado esos agujeros, pero de todos modos le hacían pensar que en el fondo algo estaría asechando.
Una vez que llego a las cavernas pudo secarse el sudor que le cubría el rostro y los brazos, deseaba tanto volver a su planeta para zambullirse en el océano, nadar y olvidarse de todos los problemas. Olvidarse de la republica, del imperio, de todo.

El rodiano ya estaba esperándolo a pesar de que aun no era la hora acordada. Al menos Chaswo no tuvo el descaro de decirle que llegaba tarde, era una costumbre que había tomado con el tiempo y le parecía muy graciosa. A pesar de su naturaleza guerrera (muy apreciada en el Nuevo Imperio) su compañero de batallón sabía muy bien que no podía tomarse a la ligera a un Besalisko de la talla de Bura, y menos aun si ese Besalisko es prácticamente bipolar al hacer negocios. Chaswo siempre afirmo que Bura parecía tener dos personalidades, una para usar normalmente y una para hacer negocios. En ese momento el recién llegado mostraba una mirada fría y serena. El la conocía bien. Su mirada para “Vamos a hacer negocios.”
Ambos vestían ropas casuales para pasar desapercibidos en un planeta con bases de la nueva republica. A pesar de eso el planeta no estaba bajo su total control, aun así debían andar con mucho cuidado. Nunca sabían con quien podrían encontrarse.

Luego de un apretón de manos, comenzó el intercambio de información para la realización de la “misión extra oficial” como acordaron llamarle. La información se fue filtrando de los altos mandos hacia ellos, no porque ellos gozaran de algún trato privilegiado. Los secretos en las barracas corrían más rápido que un Chiss.
En pocas palabras la misión consistía en robar un almacén de suministros de la republica en Utapau. ¿Por qué allí? Aparentemente la seguridad se veía temporalmente mermada por algún motivo que escapaba a su interés. No recordaba bien si había sido una explosión accidental o un derrame de un químico en la zona… ¿importaba acaso? ¿Cuál era el problema entonces? De todos modos tendrían que enfrentar una pequeña fuerza de seguridad que les daría muchos problemas al no contar con el apoyo directo del ejército.
Bura ya estaba calculando las ganancias de ese robo y la posterior venta, valía cada crédito que había pagado a su compañero por la ubicación exacta. Según Chaswo no le había sido fácil infiltrarse en los ordenadores del capitán pero esas eran puras mentiras, su habilidad como hacker era insuperable.
La misión podía convertirse en una misión suicida si iba solo, pero si lograba que un grupo de viajeros desprevenidos creyeran sus mentiras… podía lograr algo de cooperación. Bastaría con decirles que en el depósito se encontraban raciones destinadas a un planeta muy muy lejano y que fueron robadas, y debían ser recuperadas. La gente de buen corazón siempre hace buenos peones.