Razas de la Galaxia

Los caamasi son la raza inteligente nativa del planeta Caamas. Son mamíferos humanoides esbeltos y altos, con ciento ochenta centímetros de altura media en la madurez. Su distribución de extremidades sigue el extendido modo humano, con dos brazos y dos piernas, que les dan velocidad sólo levemente superior a la media en carrera (por la longitud de sus piernas).

El cuerpo de un caamasi está cubierto de vello dorado, más parecido a plumón que a pelusa. En zonas de la cara, el vello adopta un tono púrpura que le hace parecer plumas. Este color morado se da en anillos alrededor de los ojos, que continúan en forma de tiras por la nuca hasta llegar a los hombros. El patrón de las líneas púrpura se trasmite a partir de uno de los progenitores, y permite identificar el clan materno, o paterno, del caamasi.

Además de esto, los caamasi tienen un rostro que revela sus orígenes: Un hocico que pueden fruncir, unas cejas muy gruesas, y unas orejas triangulares que sobresalen hacia afuera. Las manos son largas, con tres dedos delicados cada una. Su complexión y fortaleza física es inferior a la de un humano medio, pero sus sentidos son especialmente agudos. Aunque tienen una esperanza de vida una década más larga que los humanos, maduran proporcionalmente antes, lo cual les da más tiempo en condiciones óptimas.

Todos los caamasi tienen el don de registrar vívidos recuerdos en su mente, grabándolos a fuego para que no se puedan olvidar jamás. Estas fuertes memorias se utilizan para marcar las experiencias más dulces y agradables. Así, un caamasi recordará siempre el nacimiento de sus hijos, la sabiduría de sus excelsos progenitores, el atestiguar un evento significativo o, de modo algo más egoísta, el momento en que se conoce a alguien famoso.

Pero, al mismo tiempo, hay momentos que causan un impacto emocional negativo tan fuerte en un caamasi, que automáticamente quedan memorizados: La brutalidad de una batalla, el padecimiento de fuertes torturas, o la traición cometida contra los propios principios. Para un pacifista nato como es cualquier caamasi, por ejemplo, matar a alguien incluso en situaciones justificadas supone un trauma grave, y nunca podrán dejar de ver el rostro de su víctima durante sus últimos momentos.

Un evento recordado es imposible de borrar y, si es un mal recuerdo, puede ser una insoportable carga con la que vivir. Los caamasi procuran mantener la compostura pese a sus pérdidas, y consideran que sus remembranzas, aún las más horribles, son más preciosas que ninguna posesión material (lo cual no significa que dejen de valorar posesiones materiales).

Estos recuerdos, llamados memnii, se pueden compartir con otros caamasi, a través de un proceso de telepatía limitada. La transmisión dura tanto como el evento recordado. Sin embargo, está limitada a la consanguineidad, y con un máximo de tres o cuatro generaciones de separación. Si uno de los dos caamasi implicados en la transmisión es un jedi y es posible formar un vínculo con él, esta limitación no se aplica.

Los memnii también pueden transmitirse a jedis o usuarios de la Fuerza de otras especies, siempre que el susodicho tenga al menos nociones de telepatía. Dado que la carga sensorial es caamasi, la percepción tiene lugar a través de sentidos caamasi; esto no confunde al jedi, pero le impide "modificar" el memnii antes de re-transmitirlo, porque un alienígena no puede familiarizarse lo bastante con la percepción caamasi como para cambiar detalles sin hacerlo obvio. Además, el alienígena podría tener más dificultad para fijarse en detalles concretos del recuerdo ajeno. El jedi no puede en todo caso generar memnii ni transmitirlos a un caamasi por este método (aunque puede utilizar otras capacidades telepáticas).

Experimentar un memnii ajeno es tan vívido como haber estado allí. No sólo incluye percepciones sensoriales, sino también la carga emocional del caamasi que lo vivió, y varias otras cosas incuantificables. Toda historia es valiosa, y los memnii les permiten enseñar con gran eficiencia los eventos más trágicos para impedir que vuelvan a suceder. Sienten un gran deseo de extender los memnii, sin duda para no olvidar la sabiduría y belleza de antaño que de lo contrario se perdería. Así, las parejas caamasi suelen estar formadas por individuos de clanes distintos, de modo que los recuerdos colectivos se puedan extender más.


CULTURA CAAMASI

Suele ser un error generalizar la personalidad de una especie; a menudo hay individuos que se niegan a adaptarse a la norma extendida: Algunos ithorianos desafían los preceptos religiosos sobre la naturaleza, y algunos moradores de las arenas son menos aislacionistas y violentos que lo que se podría creer.

Pero los caamasi son, casi sin excepción, pacifistas pensativos y contemplativos. Librepensadores, generosos, considerados, sabios, amables, educados y artísticos son otros adjetivos que rara vez se les podría negar. Son lentos a la hora de juzgar a otros, pero tienen unos valores morales muy arraigados. Les encanta la conversación, la exploración y la búsqueda artística. Desde fuera, se les ve como artistas y sabios pacíficos.

La palabra para ellos no es un don, porque todos lo poseen. Conocen intuitivamente las normas de conducta, identifican los tratamientos adecuados con toda la etiqueta necesaria... y lo disfrutan como ninguna otra cosa. Negocian un tratado de paz con la misma facilidad con la que regatean el precio de la cena. Además, tienen grandes dotes intelectuales y facilidad para los idiomas (El caamasi escrito está poco extendido, porque los caamasi suelen hablar en Básico).

Pero es esencial comprender la fuerza moral de los caamasi, que consideran además el modo de alcanzar la paz. Los caamasi tienen tal voluntad que sienten un profundo respeto por sus enemigos, un respeto que sus adversarios les devuelven. Sólo son despreciados por quienes aborrecen su fuerza moral. Esta actitud pacifista ha sido una influencia en la filosofía política de muchos mundos.
Los caamasi son muy observadores e intuitivos. Al hablar con una persona, son capaces de comprender qué es lo que le aflige y cuáles son los problemas que su interlocutor no quiere afrontar. Con precisión quirúrgica, el caamasi averigua lo que la otra persona intenta ocultar, le obliga a afrontarlo en un encarnizado debate, y a todos los efectos le golpea en la cabeza con sus inseguridades como si fuesen un mynock muerto, hasta que la persona toma la decisión difícil que pretendía aplazar indefinidamente. Cuando un caamasi se comporta así, es una inequívoca señal de amistad.

Los cereanos son una raza alienígena casi igual a los humanos en su apariencia externa, con la única excepción de sus cabezas.

Un cereano tiene una cavidad craneal que se extiende entre 12 y 20 centímetros por encima de sus frentes. Es frecuente que este cráneo alargado se vea coronado con un penacho de cabello de modo similar a los weequays; sin embargo, y pese a que los cereanos no tienen vello en el resto de la cavidad craneal, presentan vello facial de un modo exactamente igual a los humanos.

En el interior del cráneo alargado hay sendos cerebros binarios, que dan a los cereanos una capacidad avanzada para el pensamiento y la meditación. La fisiología cereana satisface las necesidades biológicas de su segundo cerebro, con un segundo corazón, también protegido por el cráneo.

Esta presencia de un segundo cerebro hace que los cereanos sean especialmente brillantes e intuitivos, y les da la capacidad de reaccionar más rápido que una persona normal. Algunos han teorizado que es una forma de precognición de bajo nivel, pero no existen evidencias al respecto.

CULTURA CEREANA

Una curiosa característica de la especie cereana es que aproximadamente el 95% de la población está compuesto de mujeres. Efectivamente, cada vez que se concibe un cereano, en sólo uno de cada veintiún casos resulta ser un varón, y en los veinte restantes es una mujer. Los cereanos sólo tienen dos sexos.

Para permitir una mejor conservación de la especie, y dado que los cereanos son mamíferos, es frecuente que un varón cereano se case con varias mujeres cereanas. La primera esposa se suele considerar la más importante, pero un cereano toma varias esposas secundarias o esposas de honor. Es frecuente que la relación entre las esposas de un mismo cereano sea tensa, en particular en lo relativo a tener hijos.

os cereanos son un pueblo aislacionista que prefiere vivir en un entorno de baja tecnología, alejados del bullicio de la Antigua República. Sus ciudades suelen respetar el entorno natural que les rodea, y muchos cereanos ejercen profesiones en el sector primario, como el pastoreo; es muy extraño que un cereano se dedique a una vida de aventuras y, aún cuando lo hiciese, lo habitual sería que la agresión fuese el último recurso.

La ciudad capital de Cerea, llamada Ciudad Tecava, estaba contenida en las murallas de un edificio de tres torres, coronado por una estructura en forma de diamante. La idea de construir una ciudad en una zona definida ayudaba a los cereanos nativos a mantener la belleza del entorno que les rodeaba.

Sin embargo, y pese al aislacionismo y el estilo arquitectónico de obras públicas de los cereanos, Cerea no estaba vedada a los visitantes. Ahora bien: Los alienígenas debían vivir en una serie de ciudadelas contenidas llamadas Ciudadelas de Forasteros, que ofrecían poco más que paradores de literas baratas para pasar la noche. Este proceso no era tan discriminatorio como podría parecer: Los cereanos nativos desalentaban el uso de alta tecnología, tan característica en las razas alienígenas, y sólo permitían utilizarla en estas ciudadelas. De todos modos, muchos ancianos cereanos conservadores despreciaban las ciudadelas por la polución y residuos que producían.

Los falleen son una especie muy longeva, con una esperanza de vida de 250 años, aunque se han encontrado casos de falleen que han llegado a los 400.

El cuerpo de un falleen está cubierto de escamas de color verde grisáceo o verde intenso, aunque extrañamente los machos parecen poseer algún tipo de moño de cabello (lo cual no deja de ser extraño en un reptil). Las hembras suelen dejarse el pelo largo y adornarlo con abalorios y peinetas, aunque en tiempos más recientes algunas hembras hayan empezado a llevar moños como los varones, intentando obtener su mismo estátus social.

Es sabido que el color de las escamas puede fluctuar, sobre todo hacia el rojo o el naranja, dependiendo del estado anímico del sujeto. Los varones y hembras falleen son prácticamente idénticos, y se identifican pocas diferencias xenobiológicas en su complexión; en particular, la cresta con púas que baja por el dorso de los varones es más pronunciada que la de las hembras, y en detalles más difíciles de comprobar como una piel generalmente más clara y una capacidad de cambiar de color teóricamente más limitada. En ocasiones se ha observado que una hembra falleen parece poseer glándulas mamarias, lo cual es absurdo en alguien que no es un mamífero; eso lleva a pensar que se trata de algún tipo de prótesis o adorno, probablemente no permanente.

Este aspecto exótico y esbelto de los falleen ha hecho que se les considere en general una de las especies más agradables estéticamente de toda la galaxia, pero en realidad los falleen obran con ventaja a la hora de gustarle a otros. Algunas personas saben que los falleen tienen la capacidad de emitir feromonas para atraer cónyuges adecuados; parece que tanto los varones como las hembras falleen pueden hacer esto, en todos los casos en vistas a una relación heterosexual. Sin embargo, estas feromonas tienen la capacidad de influir a otras especies humanoides no falleen (de nuevo en relaciones heterosexuales) siempre que éstas puedan oler al falleen, y en particular se sabe que los humanos son susceptibles a estas feromonas. Esto lleva a pensar que los falleen han desarrollado una adaptación evolutiva para favorecer su trato con los humanos, lo cual sugiere que los falleen tuvieron su primer contacto con humanos (u otras especies humanoides) mucho antes de las pocas docenas de milenios que hace que se fundó la Antigua República, sobre todo si tenemos en cuenta que los falleen incluso han dominado una técnica especial para maximizar la emisión de feromonas y, por tanto, el efecto.

Estas feromonas que hacen irresistibles a los falleen se pueden utilizar en muchos campos, desde la seducción en su estilo más puro, hasta la oratoria política, pasando por la intimidación, e incluso por el trato con animales no inteligentes ni humanoides. Sin embargo, los informes de los jedi indican que las habilidades de la Fuerza que podrían verse beneficiadas por el atractivo (como el control mental, que podría ser una maximización de la oratoria) no se ven afectadas por las feromonas. Algunos xenobiológicos especialmente audaces opinan que los falleen podrían utilizar las feromonas como forma de comunicación.


CULTURA FALLEEN


La sociedad de los falleen estaba en una naturaleza feudal, con las casas nobles gobernando sobre las clases más bajas. Los grados superiores de las monarquías de los Falleen eran corriente con política y encanto, pero se derramaron raramente encima en conflictos evidentes o la guerra abierta. La pigmentación de la piel de los Falleen cambió naturalmente para reflejar el humor del individuo; sin embargo, los Falleen dominaron la capacidad de cambiar su tono de la piel en la voluntad y utilizó hace tiempo esto como algo de una arma secreta en su política, fomentando un aspecto de la calma, por ejemplo, cuando realmente se aterraban.
Como especie de sangre fría, los Falleen respetaron la disciplina y el control, determinado autodominio. Tendieron para evitar visualizaciones públicas de la emoción, y eran muy pacientes. Como resultado de esta actitud, tendieron para mirar abajo más abiertamente lo apasionado, que vieron como faltar autodominio. De hecho, los Falleen eran como una especie que tenía un sentido elevado de la superioridad que se sentía era solamente derecho y apropiado debido a su disciplina y autodominio rígido. También tendieron a ver a Falleen, y no coruscant como el capital civilizado y cultural de la galaxia. Esta arrogancia hizo a los Falleen algo de una especie solitaria, y aunque no eran especies raras, era raro encontrarlos lejos de su planeta natal.
Eran unos de las pocas especies resistentes a los trucos de la mente, y tenían sangre verde.

Se trata de seres humanoides cuya altura varía entre poco más que un metro y dos metros, aunque es raro verlos con menos de un metro veinte centímetros de estatura. De todos modos, los khil no notan las variaciones de tamaño más de lo que otras especies notan los cambios de color en cabello y ojos.

La piel de un khil varía en diversos tonos de gris, del verdoso al oscuro, pero en esencia se suele identificar como del color pálido de la cera. Los dedos en sus manos y pies terminan en uñas afiladas. Son seres de sangre caliente.

La complexión de un khil es algo más esbelta que la media humana, lo cual les hace menos vigorosos. Sin embargo, parecen aprovechar una mayor parte de su masa encefálica, y también tienen una esperanza de vida ligeramente mayor.

Pero lo más destacable de los khil son los hullepi. Se trata de una masa de tentáculos carnosos que cuelgan de la cara de un khil en donde para los humanos estaría la boca. Los hullepi reemplazan la boca y la mandíbula reconocible.

Los hullepi son órganos clave para los khil: Sirven para filtrar el aire. Una membrana dentro de cada tentáculo extrae del aire vapor de agua y proteínas microscópicas, permitiendo que el aire limpio llegue a los pulmones. Los deshechos orgánicos que obtienen respirando, principalmente bacterias, microbios y polvo, se digieren, con lo que los khil se alimentan. Los deshechos inorgánicos se expulsan estornudando. Los hullepi también sirven para producir sonidos, respirando a través de hebras de distintas longitudes para crear un idioma khilés característico.

Por ello, a los khil les basta caminar por entornos abiertos para alimentarse, y de paso limpian el aire de la zona. No sufren inanición salvo en entornos estériles, como astronaves o estaciones espaciales. De todos modos, los khil beben zumos de fruta para complementar su nutrición natural.

Es por ello que los khil prefieren habitar en planetas de tipo pantanoso cuyo aire está lleno de "comida". Construyen allí edificios que muy a menudo están arquitectónicamente influenciados por estilos clásicos y hasta arcaicos; pero los khil siempre tuvieron debilidad por los espacios abiertos. En Belnar y en cualquier mundo colonial khil, hay siempre bloques de parques pantanosos entre los edificios, en parte por motivos nutricionales, y en parte porque los khil y muchas otras especies encuentran placenteros los espacios verdes. Además, los khil, horrorizados ante las grandes densidades de población, separan mucho sus edificios. En las zonas khil más ricas, cada domicilio tiene su propio pantano o estanque.


CULTURA KHIL


Los khil son sobre todo un pueblo de trabajadores brillantes, consagrados y ardientemente entregados. Cada khil intenta ser el mejor en lo que sea que haga profesionalmente. Con un deseo obsesivo de obtener lo máximo en la vida, tienen una fe inquebrantable en el trabajo duro, y creen que, con el conocimiento y la oportunidad, cualquier tarea puede conseguirse. Nunca aceptan que algo sea imposible, ni siquiera cuando se les obliga a decirlo. En ese sentido, son formidables.

Incapaces de hacer algo "a medias", sienten un odio cerval por las tareas inacabadas, y también por las personas que malgastan su tiempo o dificultan sus avances. No les molesta conversar con otro, a menos que sea una obvia pérdida de tiempo. No tienen tolerancia para con los derrotistas, los cobardes o los que se rinden fácilmente; y de hecho no les cae bien nadie que no trabaje duro.

Por toda esta agresividad, es fácil irritar aposta a un khil, o al menos no es más difícil que con un humano. Además, en situaciones de presión, los khil son propensos a sufrir crisis nerviosas.

Los khil sienten un gran respeto por otros perceptores, sobre todo si son amantes de la paz. En esencia, los khil son amistosos y educados en sus tratos con otros; pero, si se les traiciona, se vuelven vengativos y ladinos. Rara vez se dedican a vidas de aventuras, excepto individuos cuya naturaleza compulsiva les lleva por este camino.

La familia es muy importante para los khil. Un khil suele ser cariñoso con su "compañero vitalicio", como denominan al cónyuge.

Son una especie tecnológicamente avanzada, pero ecorresponsable. Utilizan tecnología estándar de nivel galáctico, aunque a menudo influenciada por los gustos de la Antigua República.

El idioma khilés se produce respirando a través de hullepi de distintas longitudes, creando una melodiosa combinación de canto y silbido. Aunque muchos encuentran el khilés grato al oído, ninguna otra especie ha podido reproducirlo. Por escrito, es similar al verso poético.

La gran inteligencia de los khil les insta a exigir un sistema educativo estricto, potenciando una variedad de habilidades profesionales, intelectuales y comerciales. Casi cada khil individual destaca en tres áreas distintas y a menudo no relacionadas, a un nivel que le permite competir con la civilización bith o con los igualmente cultos mon calamari.

Pero, además de esto, los khil tienen también formación musical. Su cultura considera la música una de las formas de arte más elevadas, y todos los khil tienen una capacidad natural para el canto a un nivel rara vez visto. Los khil con talento en seguida encuentran patrocinadores, y muchos obtienen fama como músicos.

Muchos creen que los moradores de las arenas tienen orígenes humanos. Sin embargo, las autopsias realizadas sobre los poquísimos cadáveres disponibles revelan ojos cíborg y otros rasgos no humanos. Es por eso que, cada vez más, ha ido tomando fuerza la teoría de los ghorfas.

Los ghorfas era una raza nativa de Tatooine, en la actualidad extinta. Todo cuanto sabemos de ellos es lo que han podido descubrir los xenoarqueólogos. Se sabe, por ejemplo, que los ghorfas cavaban ciudades en el lecho rocoso para huir del calor. Algunos creen que los ghorfas murieron cuando los colonos interrumpieron su flujo de agua que había sido constante durante generaciones, utilizando los evaporadores de humedad para "robar" el agua a las fuentes que usaban los ghorfas. Otros creen que los ghorfas evolucionaron, convirtiéndose en una especie nómada en busca de nuevas fuentes de agua. En ese caso, indudablemente, la especie nómada sería conocida como los tuskens.

Otros científicos conjeturan que los tuskens pueden ser mutantes. Un dato que se conoce es que un tusken se intoxica fácilmente si bebe agua azucarada.


CULTURA TUSKEN


Los moradores de las arenas utilizan todos esos vendajes que les caracterizan, no por el impacto psicológico que su temible aspecto puede provocar en sus enemigos, sino para protegerse de calor y de las arenas del desierto. El aparato que hay sobre sus bocas les ayuda a filtrar y expulsar las constantes partículas de arena que hay en el aire, al tiempo que le añade humedad. En cuanto a sus filtros ópticos, también visibles sobre sus rostros vendados, son imprescindibles para ver en los vientos cambiantes de Tatooine. Se especula asimismo que podrían tener visión infrarroja.

Irónicamente, pese a estas muestras de tecnología que todos ellos utilizan, los moradores de las arenas desconfían institivamente de la tecnología. Se les ve ocasionalmente con carabinas bláster antiguas y, poco después de la llegada de los colonos humanos a Tatooine, desarrollaron el llamado "rifle de trueno", un arma de proyectiles que, al ser disparaba, emitía un sonido alto y agudo. Poseer un rifle de caza es un símbolo de elevada posición social entre los moradores.

Sin embargo, el arma de elección de prácticamente todo morador de las arenas es el gaderffii o palo gaffii. Los gaderffii se suelen construir a partir del casco de un carguero, y los moradores de las arenas exigen, por tradición, que el guerrero que maneje uno debe poseer dos manos. Muchos tusken eligen envenenar una de las puntas de sus gaffiis, o ambas, con el veneno del murciélago de las arenas.

Los umbaranos son la especie dominante del planeta Umbara(dentro de la Nébula Fantasma, en el borde exterior) y la única inteligente. Tienen una piel pálida y prácticamente blanca, y son escuálidos; muchos humanos les equiparan a cadáveres. De hecho, los umbaranos son prácticamente humanos, con una relación biológica muy íntima y escasas diferencias.

En primer lugar, los umbaranos son más bajos que los humanos, midiendo sólo un metro y medio de estatura media en la madurez. También tienen una pigmentación epitelial, como he explicado, mucho más pálida.

Más importante diferencia se encuentra en sus "ojos ultravioletas". Los ojos de un umbarano, hundidos en sus cuencas entre sombras, tienen una visión ajustada a la oscuridad; pueden ver fácilmente incluso sin ningún tipo de luz. Por el contrario, si un umbarano está ante una luz muy brillante (como un sol normal), es fácil que sufra una sobrecarga sensorial y sea incapaz de ver. Salvo en estos casos, la mirada de un umbarano parece fría y calculadora.

La reputación de los umbaranos habla de su telepatía. Es cierto que los umbaranos pueden a veces leer, influenciar sutilmente, y en última instancia controlar las mentes, pero eso no los convierte en auténticos telépatas. Pueden evaluar la sinceridad de alguien, siendo capaces de detectar las mentiras después de unos segundos escuchando, pero es difícil que lleguen más lejos. Por otro lado, los umbaranos que estudian la Fuerza desarrollan rápidamente sus poderes.

Por lo demás, los umbarnos son prácticamente humanos, envejeciendo a un ritmo muy parecido.


CULTURA UMBARANA


Los umbaranos han desarrollado su propio idioma, el umbarés, que no es hablado fuera de la Nébula Fantasma. Los umbaranos que dejan la Nébula normalmente aprenden Básico u otro de los idiomas más hablados de la galaxia.

Son seres reservados y manipuladores, normalmente muy hambrientos de poder e influencia. Nunca revelan sus verdaderos pensamientos o intenciones y son maestros a la hora de distraer la atención de otros. Se dice también que su sentido del humor es más oscuro de lo normal.

Es frecuente ver a umbaranos adinerados vistiendo Capas de Sombra. Se trata de una prenda tradicional hecha de numerosas hebras de un material azul claro que no se da fuera de su mundo (ver ilustración). Vista en el espectro ultravioleta, parece tener numerosos colores que no tienen siquiera nombre en la mayoría de los idiomas. El cuello es erguido y resistente, y la prenda se puede poner incluso sobre una armadura ligera o media y cuesta unos cinco mil créditos.

Los umbaranos cosen sensores a estas capas para alterar su coloración y mezclarse con su entorno. Así, un umbarano puede ocultarse con facilidad como un camaleón. Esto no funciona ante unos ojos (o sensores) que perciban el ultravioleta. Además, sólo un umbarano puede usar así una Capa de Sombra; los intentos de otras especies han demostrado ser completos fracasos.

Los selkath son anfibios humanoides del tamaño de un humano, originarios del planeta Manaan. Tienen enormes cabezas anchas y planas, con grandes ojos a cada lado. También a los lados tienen agallas con rajitas ocultas, que les permiten extraer oxígeno del agua y también vivir con comodidad en el aire.

El cuerpo de un selkath es hidrodinámico y esbelto. Son nadadores natos más que caminantes; por eso se sienten mucho más cómodos en el agua que en tierra firme, y de hecho los entornos secos les abruman. Aunque los selkath son grandes nadadores, raro es que uno de ellos se esfuerce por mejorar más allá de las capacidades de sus iguales.

Los selkath tienen manos largas con garras retráctiles cargadas de veneno. Es muy raro que un selkath utilice esta ponzoña, ni siquiera enfrentándose a un animal salvaje, salvo que el selkath haya sucumbido a algún tipo de demencia. El veneno causa un daño en el momento del corte, y después de unos segundos causa más dolor a su víctima.

Los selkath son seres bastante sociales sobre todo entre sí, aunque otras especies les pueden encontrar soeces. Los selkath trabajan bien con otros miembros de su especie, porque tienen una compenetración natural bioquímica con otros de su especie; los humanos y otros alienígenas carecen de esta ventaja en los tratos con los selkath. Es posible que esto les haga también sensibles a la telepatía en otras especies: Aunque los selkath no son telepáticos, los telépatas les consideran unos sujetos de muy fácil trato.

Un selkath es un curandero nato, que puede mejorar cualquier tratamiento médico casi con sólo estar presente. A veces, durante un combate, un selkath ha concedido a uno de sus aliados una ventaja bioquímica, dándole más vitalidad cuando ésta empezaba a flaquear. Los científicos aún intentan analizar cuál es la causa de esto.

Aunque los selkath no tienen la capacidad natural de utilizar la Fuerza, el número de potenciales jedi que nacen entre ellos es más alto que entre otras especies.


CULTURA SELKATH


Los selkath, no siendo exactamente xenófobos, son una especie bastante cerrada en sí misma. No comparten el trasfondo cultural de muchos alienígenas, y no les gusta conversar con ellos. Existen importantes tabúes menores fáciles de romper y difíciles de identificar, como dirigirse a un extraño que podría no estar interesado en hablar con nadie. Los selkath serán tajantes, y a veces incluso cortantes, al responder a un alienígena. Son menos reservados en sus tratos con otros selkath.

Pocos selkath eligen viajar fuera de su mundo, aunque no tengan prejuicio en disfrutar de tecnología y riqueza obtenidas de otros planetas. Además, la mayoría de los planetas no les ofrecían el océano que tenían en casa. Manaan nunca quiso unirse a la Antigua República ni a ninguna de las grandes organizaciones galácticas que les ofrecieron filiación durante su edad dorada.

Son enemigos de la violencia física, que consideran puede ser a menudo una acción precipitada. Además, las consecuencias de una agresión suelen incluir otra agresión, a veces por parte de alguien aún más fuerte. Por eso han preferido la negociación y diplomacia, no tanto por pacifismo como por pragmatismo.

El derecho selkath es un área confusa y llena de detalles técnicos. Por ejemplo: En tiempos de la Guerra Civil Jedi, existían unas restricciones muy estrictas a las importanciones, pero se permitía el contrabando en forma de "negociación entre particulares". Por otro lado, la exportación de kolto sin licencia se penaba con la muerte.

También estaba prohibido utilizar el veneno natural selkath, pero esto no era tan preocupante porque los selkath ya encontraban inaceptable socialmente hacerlo.

Los togruta eran humanoides nativos de Shili. Evolucionaron de animales acostumbrados a una manada, por ello son buenos cazadores y trabajan bien en grupos grandes. No se conoce ningún Togruta que trabaje individualmente. Para los Togruta, la individualidad se considera un indicio de extravagancia y no es recomendada. Paradójicamente, los Togruta que ocupan posiciones importantes en la sociedad lo consiguen ejerciendo su individualidad. Los ajenos a esta especie lo ven como un signo de la evolución social de los Togruta.

Todos los Togruta tienen marcas coloridas en recuerdo de sus días de cazadores. Comúnmente se cree que los Togruta son venenosos. Es algo que conservan de sus primitivos ancestros. La realidad es que los Togruta no son venenosos, y no tienen ni idea de cómo surgió el rumor.

Los Togruta pueden sentir sus alrededores con un tipo de ecolocación pasiva. Cuando un Togruta no puede ver, puede usar el oído para no perder la destreza. La orientación espacial no permite a un Togruta luchar sin ver, pero muchos aprenden a hacerlo.

Suelen ser tranquilos y pacíficos, pero cuando la situación lo requiere son formidables guerreros. La fidelidad a sus creencias es legendaria, y son felices conviviendo en grandes grupos. Como denota su carácter gregario, los togrutas son excelentes trabajando en grupo y su sociabilidad les facilita confraternizar con otras culturas. La mayoría de los togrutas sienten aversión por el aislamiento y hacen grandes esfuerzos por tener amigos y rodearse de compañía.


CULTURA TOGRUTA


Los togrutas poseen un fuerte sentido de unión y colaboración con sus congéneres. En su planeta de origen, dependen de la unidad de la tribu para poder enfrentarse a las enormes criaturas que suponen un peligro para ellos, como el temible akul. La mayoría de las criaturas salvajes de Shili atacan en grupo, lo que hace aún más necesaria agruparse para hacerles frente.
Pese a que la mayor parte de Shili está cubierto por praderas de matorrales y hierbas altas donde los togrutas cazan a sus presas, éstos prefieren vivir en las zonas de valles con bosques, donde se siente más protegidos.

Los togrutas son conocidos por su costumbre de no usar calzado, ya que creen que la tierra está conectada espiritualmente con ellos y el ir descalzos les hace mantener dicho vínculo. Se espera que cada togruta contribuya activamente en la comunidad y el alimento se distribuye equitativamente entre sus miembros. Los togrutas tienen la creencia de que aquél que no pueda seguir el ritmo del grupo debe ser abandonado a su suerte, ya que les parece que ese es el orden natural. Otras especies suelen considerar esta actitud como bárbara y cruel. Los líderes de las comunidades togruta tienen dificultades para desempeñar sus funciones, ya que se arriesgan a volverse demasiado individualistas. Como cazadores a los togrutas les gusta exhibir los dientes y pieles de sus presas como muestra de orgullo, fuerza y madurez. Los dientes de akul son especialmente valorados y quienes los consiguen son muy admirados. Estos dientes a menudo son utilizados por los togrutas para adornar sus frentes o en la elaboración de collares, combinados con metales y piedras preciosas. Es típica en la vestimenta de los togrutas llevar una banda tradicional, y algunos togrutas jedis, la incorporan en su indumentaria jedi. Los togrutas poseen su propio idioma, el togruti, que contiene elementos del básico.

Los ithorianos tenían dos bocas y cuatro gargantas, lo que les permitia hablar en stereo, algo que hacia que cuando hablaban básico fuera un tanto difícil entenderles, aunque siempre era algo interesante que oír. Lo que también les hacía caracteristicos era su cabeza en forma de T o martillo, lo que hacía que otras especies les llamaran de esta manera, algo que ellos consideraban un insulto. La hembra ithoriana tenia dos jorobas en su espalda o cabeza, mientras que los machos solo tenían una. Su piel era normalmente marrón, aunque podía adoptar otras totalidades como el rojo oscuro o incluso el verde.

Su estatura podía llegar a alcanzar los 2.23 metros, caminando en posición erguida sobre unas piernas robustas en su base. Sus movimientos y sus reflejos eran algo lentos comparados con especies como los humanos, quizá debido a su masa. Además, la posibilidad de utilizar sus cuatro gargantas para provocar sonidos y expulsar aire les permitía crear un ensordecedor estruendo si querían.


CULTURA ITHORIANA


En general, los ithorianos eran naturalistas herbíboros y completamente pacifistas. En el trato con los demás eran muy amables. Tenían grandes facultades para la conversación y sabían respetar siempre los puntos de vista de los demás. Siempre fueron descritos por las demás especies como amigables. Incluso cuando no compartían una misma idea con otros, nunca lo discutían, ya que hacer esto era considerado grosero en su cultura.

A pesar de su reputación, no todos los ithorianos fueron pacifistas. Rara vez, se dieron casos de ithorianos violentos que fueron expulsados de la comunidad. Generalmente estos se hacían cazadores de recompensas, como los hermanos Mommo.

Los aleena son alienígenas bajitos (alcanzan como máximo un metro de alto) de cuerpos largos y gruesos y extremidades cortas. Tienen en sus cabezas una placa larga y delgada que se extiende hacia atrás desde la calavera. Sus rostros son planos, con dos pequeños ojos sobre una boca ancha llena de dientes cortos afilados.

Los aleena se caracterizan por tener un metabolismo y unos reflejos rápidos, que supuestamente les ayuda a escapar de los cazacombas en su planeta.

Están llenos de vida, y muchos los tacharían de hiperactivos, sobre todo por que no tienen mucha paciencia y hablan muy deprisa. Se emocionan con facilidad, sorprendiéndose con cosas que para otros no tienen ninguna importancia. No soportan estar quietos y les encanta practicar actividades de riesgo. Por este motivo, son de los mejores pilotos de vainas de la Galaxia, aunque por el contrario no tienen mucho éxito en la política debido a que se aburren durante las sesiones parlamentarias.

CULTURA ALEENA

Los Aleena son muy sociales y tienden a desarrollarse mejor en equipos muy unidos. Desarrollan una fuerte lealtad a sus amigos, a los que se preocupan por proteger. Debido a su curiosidad innata los Aleena viajan por toda la galaxia como turistas. Las familias viajan incluso a la mayoría de lugares peligrosos sólo para ver y conocer el mundo. Adoran los deportes y, particularmente, la aventura y las situaciones que hacen hervir la adrenalina. Casi todos los Aleena que se han dedicado profesionalmente a un deporte se han convertido en expertos o diplomados. Viajan para alimentar su amor por la aventura y las nuevas experiencias. Muchos Aleena se han convertido en grandes Jedi.