Tras la última guerra en la que prácticamente desaparecieron de la Galaxia, los Sith supervivientes se vieron obligados a ocultarse en los más recónditos sistemas, aguardando el momento oportuno. El más poderoso de estos Sith, Lord Argos, dio el paso hacia el resurgimiento Sith mediante la restauración de las Academias en Korriban. Este hecho atrajo a muchos otros integrantes del Lado Oscuro, que aceptaron a Lord Argos como el nuevo Lord Oscuro Sith y le siguieron como nuevo guía en su camino de odio. Éste se centró en la instrucción de nuevos guerreros sith para engrosar sus filas y plantar cara a sus eternos enemigos: los Jedi.
Pronto fueron suficientes como para restaurar la Academia Sith en Iridonia y levantar otras nuevas en secreto, en planetas tales como Khasyyyk y Utapau. Debido a la gran ambición y deseos de venganza de los Sith, no tardaron en recuperar gran parte de su poder, con el que finalmente pudieron enfrentarse de nuevo abiertamente a la Orden Jedi. Pero esta vez son diferentes. Están organizados bajo un gran líder respetado y temido por igual, por lo que sus ataques están perfectamente planificados y son de gran contundencia, a menudo grandes golpes para los Jedi y la República.
Lord Argos comenzó las negociaciones con el Nuevo Imperio para así aprovechar su rivalidad con la República y su debilidad al combatir contra la Orden Jedi en su favor. Los Sith son considerados aliados del Imperio y por lo tanto les prestan su inestimable ayuda en su campaña de invasión, aunque no están anexionados a él y son libres de actuar por su cuenta.
El plan de Lord Argos es usar al Imperio para abrirse paso hasta las sedes Jedi, acercándose al Emperador Thabalak como consejero de confianza e influir discretamente sobre sus decisiones para su propia conveniencia. Con ayuda de sus propios Consejeros Sith, sus ejecutores y guerreros de confianza, Lord Argos pretende manejar poco a poco los hilos del Nuevo Imperio y acabar con todo rastro de la Orden Jedi de una vez por todas.